BALTIMORE, E.U. (Por Antimio Cruz Bustamante para Crónica).- Los algoritmos de computadora y otros programas de inteligencia artificial se han incorporado rápidamente a los sistemas de detección de brotes epidemiológicos porque, partir de 2005, se realizó una reforma legal que obliga a los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a reportar rápidamente brotes infectocontagiosos y, en caso de que se pierda el control de la enfermedad, los países deben trasladar el control de la emergencia a la OMS.
Lo anterior fue explicado por el médico mexicano Carlos Castillo Salgado, director del Observatorio de Salud Global de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore y exdirector de Epidemiología de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta casa de estudio es la institución educativa más antigua especializada en salud pública y la información de Castillo Salgado fue expuesta durante una visita de Crónica a esa Universidad.
El investigador explicó que la tecnología se ha incorporado y perfeccionado poco a poco, como ocurre con el sistema de vigilancia llamado Pulse Net, que comenzó a construirse desde 1996 y que en la actualidad ya tiene capacidad para recibir 120 mil alertas diarias, algunas de las cuales son casos aislados, otras son brotes que afectan a más personas en un lugar focalizado, otras son clasificadas como epidemias y muy pocas llegan al grado de pandemias.
“Los nuevos sistemas permiten una reducción en los tiempos de respuesta. Uno de los ejemplos recientes fue la detección de 100 mil casos de dengue reportados en una sola semana en diferentes partes de Brasil, pero para que estos sistemas funcionen se necesita cierta capacidad analítica automatizada, pues el volumen de datos es muy amplio. Esto se puede hacer más rápido gracias a la tecnología pues antes los reportes epidemiológicos se reunían en libros enciclopédicos que llegaban cada seis meses o cada año y su función era más bien histórica, pues no servían mucho para tomar decisiones frente a una epidemia”, indicó Castillo Salgado.
El experto explicó que desde el año 2005 se han registrado cuatro casos de Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional: el primero fue por un resurgimiento de la Polio, que era una enfermedad que se consideraba controlada a nivel mundial pero que volvió a aparecer en el norte de África, Europa y Estados Unidos por el descenso en la vacunación. El segundo caso fue por la aparición y dispersión del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS por sus siglas en inglés).
El tercer caso fue el brote epidemiológico de la influenza AH1N1 en México y el más reciente fue el brote epidémico del ébola.
Para tener alertas tempranas sobre estos brotes existen diferentes mecanismos que informan a las autoridades de salud, a nivel local, nacional o global. Además del sistema Pulse Net, hay otros sistemas como el llamado GPHIN (que corresponde a las siglas en inglés de Red Inteligente de Salud Pública Global) en el cual se analizan miles de reportes sobre infecciones inesperadas que son publicadas en los medios de comunicación. Se estima que hasta el 60 por ciento de los brotes epidémicos son registrados rápidamente por los medios de comunicación.
“También hay otros sistemas como ProMed, en el que se integran y analizan rápidamente reportes de hasta 70 mil investigadores de 185 países. Todos estos sistemas han tratado de llenar vacíos que existían en la detección y reacción rápida. La respuesta puede tener diferentes efectos, pues hoy tenemos bien identificado cómo debe responder un gobierno ante un brote epidémico, que es cuando aparece un número inusitado de infecciones en un lugar localizado; o cuando se trata de una epidemia, que es cuando ya hay infecciones en dos o tres entidades políticas diferentes; o cuando ya haya una pandemia, que es el caso en que más de un continente presenta una infección”, explicó el médico mexicano.
Subrayó que en todos los casos, la colecta, análisis y posibles planes de acción o intervención están apoyados en el análisis de datos automatizados e inteligencia artificial.