Biodiversidad y salud humana, en riesgo a causa de caleras y cementeras


La salud humana así como la biodiversidad silvestre y el manto freático de Yucatán sufren notablemente los efectos de la contaminación generada por la industria de la construcción, afirmo el presidente del Consejo Técnico Asesor de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental (Amia), Daniel Basurto González.

El problema es ocasionado por las cementeras, caleras, sascaberas, concreteras, criberas y sitios de extracción de material de construcción establecidas en la entidad, así como las empresas dedicadas a la extracción de material pétreo, etc.

Enunció que la problemática se refleja en numerosos municipios, tal el caso de Chocholá, Progreso y Umán, cuyo mayor daño se observa en el manto freático, así como en la biodiversidad y en la salud de las personas.

Expreso que las condiciones geológicas de Yucatán provocan que el subsuelo sea el más afectado, pero sobre todo, por la industria de la construcción, ya que para la obtención de cal y material lítico, se tiene que hacer perforaciones hasta llegar al nivel del manto freático.

Lo peor de todo, con las sascaberas se utilizan varias hectáreas de terreno que son excavadas, las cuales fueron previamente desforestadas, dañando la flora y la fauna de la región.

En la entidad, son numerosas las sascaberas abandonadas, las cuales, son utilizadas como basureros clandestinos, y debido a ello es notable la contaminación del manto freático, cuya agua es dispersaba por el Estado.

“Debido al nivel de suelo que se tiene, resulta mucho más fácil contaminar y ante ello se deberían tomar medidas de cuidado más eficaces”, acotó.

Para la obtención del material pétreo, la perforación se efectúa con base a explosivos, provocando vibraciones en el suelo así como también se genera polvo, el cual es arrastrado por el viento y dispersado a numerosas poblaciones.

Mientras que en el caso de las caleras y cementeras, con el procesamiento del producto, el líquido se vierte al subsuelo y las partículas suspendidas se van a la atmósfera y el aire las dispersas.

Las poblaciones más cercanas con las más afectadas, pues las partículas más livianas recorren varios kilómetros.

Basurto González advirtió que “si no hay un correcto manejo de residuos y no se evita la contaminación en todos los aspectos, entonces en unos años se comenzarán a ver los primeros resultados”, acotó.

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