Rinden homenaje a la trayectoria del Profesor Julio César Marrufo Solís, en la Comisaría de Temozón Norte



MÉRIDA, Yucatán.- Por su dedicación y entrega, que dejaron valores y enseñanzas en quienes tuvieron la fortuna de ser sus alumnos, la Comisaría de Temozón Norte entregó la tarde del martes, en emotiva ceremonia el reconocimiento "Yucateco Distinguido" al Profesor Julio César Marrufo Solís,  docente de varias generaciones de alumnos de medio rural, que fue donde eligió desempeñarse, de los que hoy, muchos son exitosos profesionistas y/o empresarios en diversas áreas: abogados, ingenieros, contadores, profesores, administración, entre otros.

Don Julio fue además de un gran profesor de educación primaria del medio rural por 42 años, un gran atleta, boxeador, voleibolista, manejador de boxeadores y hasta hoy, conocido y destacado empresario en el ramo de los pescados y mariscos.

Nacido en Mérida, Yucatán el 19 de julio de 1939, desde muy joven –a los 9 años de edad– comenzó a ayudar a su padre que tenía un puesto de venta de pescado en el Mercado del Chembech (el original que se construyó en el año 1919).

Con el tiempo, a la par del apoyo al negocio de su padre y la práctica el atletismo, boxeo, manager de boxeadores (en donde consiguió el campeonato estatal de peso wélter) y voleibol, ingresó a la Escuela Normal Urbana Rodolfo Menéndez de la Peña para formarse como profesor de educación primaria elemental y superior, egresando en 1958.

Justo en el período vacacional luego de su egreso de la Normal, le ofrecieron empleo en la Escuela Artículo 123 en Campeche, cerca de Xpujil en donde impartió clases durante los cursos 1958-1959 y 1959-1960. En noviembre de 1960, obtuvo su plaza federal y fue asignado al estado de Zacatecas en donde fue docente por 4 años en tres comunidades: Los Aguajes, La Mesilla y La Cruz, en donde destaca que a pesar de los conflictos de ese tiempo, los padres de familia siempre se preocuparon con la educación de los niños.

En 1964, estuvo dos años en Quintana Roo cuando todavía era territorio, dando clases en escuela rurales. También fue profesor en las comunidades de San Fernando en Maxcanú, Yucatán y en Sac Nicté en Progreso, Yucatán. 

También trabajo del año 1965 al 1966 en la Escuela Particular Nueva Ariel (que se ubicaba junto a lo que hoy es el Registro Civil de Mérida).


Para el año 1968, llegó a la Escuela Guadalupe Victoria de la Comisaría de Temozón Norte en Mérida en donde impartió clases a los alumnos de primaria hasta su retiro, luego de 34 años, en 2022. 

Fue en la propia escuela de Temozón en donde recibió un diploma y una medalla a cargo de Leonel Escalante, director de Desarrollo Educativo y Gestión Regional de la Segey, en representación del titular Liborio Aguilar; la supervisora de zona, Higea Nersy; el maestro Juan de la Cruz Cauich May, director de la primaria Guadalupe Victoria; el Lic. Gabriel Mena y la Comisaria de Temozón Norte, Cristian Coral Chalé Bagundo. 

Durante su trabajo en Temozón en donde laboraba por la tarde, fue director en el turno matutino de 1970 a 1975, en el Colegio Particular Motolinía, a cargo de religiosas Hijas del Espíritu Santo, ubicado en la colonia Chuminópolis en el oriente de Mérida.

Cabe mencionar que el Profesor Julio Marrufo egresó de la Normal Urbana Rodolfo Menéndez de la Peña con el título de profesor de educación primaria elemental y superior pero con el paso del tiempo y cuando se dio la oportunidad de continuar preparándose, estudió tres años y se tituló como Licenciado en Educación Primaria, lo que le permitió ingresar a la carrera magisterial hasta alcanzar al nivel C. Antes de jubilarse ya tenía derecho a escalar al nivel D, pero ya era tiempo de disfrutar de su retiro.






Don Francisco comenzó a trabajar como se ha mencionado, desde temprana edad al lado de su padre y ya en la adolescencia, se comenzó a hacer responsable del negocio familiar en Mérida debido a que su progenitor administraba un cine que también fue teatro y arena de box, en Progreso, Yucatán, propiedad de la familia Marrufo, muy conocida en el puerto.

Regresando al tiempo en que impartió clases en Temozón, con gran emoción recuerda:

“Me encantó trabajar en Temozón, me dejó muchas satisfacciones. De todos los lugares donde trabajé, Temozón fue donde más disfrute. Los padres de familia eran muy trabajadores, amistosos y siempre dispuestos a colaborar”, expresó.




También rememora que los niños de Temozón, desde los cuatro años de edad, acudían como oyentes a sus clases de primaria y cuando ingresaban a este nivel, a los 6 años de edad, ya habían aprendido a leer y escribir.

“Me siento orgulloso de todos mis alumnos, porque con mi trabajo pude ayudar a que muchos se motivarán a continuar estudiando y hoy son licenciados, maestros, ingenieros, abogados, entre otras profesiones. Me dio mucho gusto trabajar en Temozón”, comentó.

Reflexionando acerca de la educación actual, El profesor Julio César Marrufo Solís dice que las autoridades educativas solo copian modelos de otros países pero de manera inadecuada, por lo que considera que se tendría que simplificar el trabajo  de los docentes con menos papeleo y más tiempo para dedicarlo a su vocación, que es enseñar a los niños.

“Enseñen a sus alumnos a razonar, a que encuentren por si mismos la respuesta a los problemas, guiados por ustedes. Los maestros no enseñamos, son los alumnos lo que aprenden, en muchas ocasiones a pesar de los maestros”, es el consejo para los maestros de las nuevas generaciones.




Finalmente, Don Julio Marrufo reconocío y agradecío a su compañera de vida, Doña Juana Maurilia Sanguino Cardós, porque fue la persona más importante y fundamental en su trayectoria como profesional y con quien ha cumplido 60 años de matrimonio (Bodas de Diamante)

Fruto de su amor, procrearon 5 hijos: Julio Ignacio, Julio César, José Francisco, Gabriela Leonor y Ana Carolina, quienes le dieron 9 nietos y un bisnieto.

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