México vive urgencia epidemiológica por sobrepeso y obesidad: especialistas



En el contexto de la modificación de la de la NOM 51 que se refiere al etiquetado frontal de los alimentos, la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) está analizando los comentarios que se hicieron a través de su sistema de consulta pública. Recientemente, durante un foro realizado en la Universidad del Valle de México, Carlos Labastida, Coordinador del Programa Universitario de Alimentos (PUAL) de la Universidad Nacional Autónoma de México subrayó que México vive una emergencia epidemiológica por el problema de sobrepeso y obesidad.

Ante este escenario, el académico de la UNAM consideró que necesitamos una política alimentaria nacional, integral y coordinada. Esta política alimentaria tiene que emanar del Estado, con esfuerzos en la inversión científica, en la economía e industria y en la educación hacia la población.

Sobre las decisiones que se tomen para mejorar la alimentación y salud de los mexicanos, el experto indicó que es necesario que las opciones se analicen a la luz de la evidencia científica y en la mejor argumentación científica, política, económica y social.

Tecnología en alimentos: la verdadera solución  


Esta semana la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), encabezada por César Hernández Ochoa, tiene por delante el reto de emitir un dictamen de impacto regulatorio en el que se tomen en cuenta los más de 6 mil comentarios respecto a la NOM 051 sobre Alimentos y Bebidas Alcohólicas y la implementación de un etiquetado frontal. Si bien diferentes actores se han pronunciado sobre este tema, la opinión de Dan Glickman, exsecretario de Agricultura del Presidente Bill Clinton y director Ejecutivo del Programa del Congreso del Aspen Institute, resulta importante para tomar las mejores decisiones en la coyuntura mexicana.

Para Glickman, la verdadera cuestión en este tema es si la descripción del producto está basada en la ciencia y con información adecuada, de lo contrario sólo se hacen advertencias innecesarias y sin fundamentos científicos que no informan objetivamente a los consumidores.

Por otro lado, al hablar sobre la tecnología de alimentos, como los edulcorantes no calóricos, que son señalados como dañinos en la norma a discusión, Glickman asegura que hemos hecho un gran progreso en tecnología de alimentos a través de los años y hoy más que nunca la ciencia en la nutrición no puede ser subestimada: “No vamos a ser capaces de resolver los problemas del mundo sin promover la tecnología en alimentos, la educación y la colaboración entre los sectores público y privado”.

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