Historia: Logra la adopción Ángel, el bebé que fue tirado a la basura


CIUDAD DE MÉXICO, México.- La violencia en contra de niñas, niños y adolescentes va en aumento. Casos como la violación y asesinato de Valeria en Nezahualcóyotl, el asesinato de Estela, encontrada muerta y desnuda la semana pasada en una cisterna de un deportivo en Iztacalco y los homicidios de Emiliano, Regina y Arantza en La Magdalena Contreras son algunos ejemplos. No obstante, hay personas que están dispuestas a compartir su vida con un niño, no importa que éste padezca una discapacidad.

El 27 de mayo se concretó, luego de cinco años de trámites, la adopción de Ángel. El niño, actualmente de siete años, fue abandonado cuando tenía año y medio en un contenedor de basura en la colonia Doctores donde fue mordido por ratas.

Rosa María Gámez lo adoptó. Ella es madre soltera y enfermera con una especialidad para atender a niños con discapacidad; y Ángel padece una discapacidad mental, además de varios problemas médicos.

De acuerdo con los últimos datos del Inegi en 2010 en México viven cinco millones 739 mil 270 personas con discapacidad, lo que representa el 5.1% de la población total. En la Ciudad de México viven aproximadamente 292 mil 702 personas con alguna discapacidad.

“El caso de Angelito es un caso extraordinario para el Sistema DIF y se vuelve un ejemplo de amor, de acercamiento, de compromiso”, explicó Gamaliel Martínez Pacheco, director general del DIF de la Ciudad de México.

Rosa María Gámez Calderón, de 44 años trabaja en una casa hogar. Cuando Ángel fue abandonado en la calle lo llevaron al hospital y posteriormente a la casa hogar para su recuperación.

“Llega Ángel a la casa hogar en unas condiciones muy vulnerables y realmente despertó un poco de solidaridad. En mí despertó inquietud no como ser humano, movió mis sentimientos más profundos de maternidad”, explicó.

Proceso de adopción


Dentro del albergue Ángel creció y en 2012 Rosa tomó la decisión de adoptarlo. Se acercó al DIF capitalino y después de varias pruebas le dijeron que sí era candidata viable para la adopción.  Aprobó los exámenes sicológicos, sicométricos y socio económicos, pero las administraciones cambiaban y los jueces se mostraron renuentes en la adopción de Ángel, por su condición vulnerable.

A Rosa la apoyó su familia, especialmente su madre, una de sus hermanas y un sobrino que incluso se refiere a ella como su mamá. No tuvo hijos propios, lo crió y ahora es un arquitecto a sus 26 años.

Él la apoyó y Rosa cuenta: “Me dijo: mamá, no has hecho mal las cosas conmigo, ya tengo mi carrera, si no piensas casarte, o tener un hijo biológico, ¿por qué no te animas a adoptar a Ángel?”.

En 2015, una juez otorgó la custodia de Ángel a Rosa, pero aún no era su hijo. Fue un sábado, después de decenas de audiencias, cuando la juez le dijo a Rosa que “acababa de dar a luz”. Ese día festejaron con la comida favorita del niño: mariscos.

“Creía que el rompecabezas de Rosa Gámez ya estaba completo, pero cuando conozco a Ángel mueve todo para embonarse. No importa que tenga una discapacidad, yo la vuelvo fortaleza”, detalló.

Ángel actualmente cursa el primer año de primaria y acude a una escuela normal.  A sus siete años responde que es feliz porque “ya estoy con mi mamá” y anhela ser de grande un maestro de inglés y español.

Este caso es el tercero, registrado por el DIF capitalino, donde un niño con alguna discapacidad es adoptado. En 2014 se logró una acción similar con un niño con ceguera, y en diciembre de 2016, el de un niño con múltiples discapacidades mentales y físicas.

Además se tiene el registro de tres adopciones por parte de familias monoparentales; de 2013 a la fechay hay 16 solicitudes más.

Óscar Melchor Moreno, coordinador del área de sicología de la Procuraduría de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, dijo que la adopción es un proceso que se adapta a las necesidades del niño con las posibilidades de la familia.

“El hecho de saber que hay una familia que se ocupa de ellos, que está al pendiente potencia otro tipo de habilidades, que sepan que hay alguien ahí cambia incluso, físicamente su gesto, su rostro, sus ademanes”, puntualizó.

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