Denuncian injusto despido y negativa de pensión a periodista yucateco


MÉRIDA,  Yucatán.— A unos días de la celebración del Día de la Libertad de Expresión, el conocido periodista yucateco, Ariel de Jesús Irigoyen Ayora, fue despedido abruptamente por tener problemas de la vista, circunstancia que fue más que suficiente para que recibiera una liquidación no acorde a los 14 años devengados de manera ininterrumpida.

Es importante destacar que desde hace más de un año el conocido comunicador está tramitando su pensión ante el IMSS, a causa de su avanzado problema de visión.

El reportero perdió la visión del ojo derecho hace más de un año por el glaucoma, derivado de la diabetes que padece desde hace más de tres años.

Las vueltas a consultorios y entrega de documentos al Seguro Social fueron interminables, para que luego el médico familiar del Instituto saliera con la estupidez de que su expediente se había perdido, por lo que tuvo que realizar nuevamente los trámites. Al final, la respuesta fue que no lo pensionarían porque podía trabajar auxiliado por un asistente (lazarillo).

Es increíble resolución del Seguro Social porque, ¿cómo es posible que sus médicos consideren que una persona puede laborar siendo que ya perdió la vista de un ojo y el otro ojo para allá va, pues tiene cataratas?

Por si fuera poco, sorprende también la actitud inhumana e insensible de los directivos del periódico de origen campechano (Tribuna?) que no dudaron en despedirlo porque, según ellos, el comunicador no puede desempeñar al cien por ciento sus labores.

Esperamos que la comunidad periodística y política, y los  amigos de Ariel Irigoyen lo apoyen en esta cruzada, ya que si no resuelve su situación no podrá mantenerse junto con su familia, en caso de no recibir la pensión.

Exhortamos al delegado del Seguro Social en Yucatán, Jorge Méndez Vales, para que apoye al periodista a conseguir la necesaria pensión, y no siga padeciendo la ineficiencia del Instituto, ya que por donde se mire, es un atentado a los derechos del comunicador.

Cabe señalar que en los últimos meses Ariel Irigoyen fue objeto de intensas jornadas de trabajo en lugares distantes y todo tipo de entrevistas. Sufrió, además, regaños y presiones para luego ser cesado abrupta e ignominiosamente mediante una injusta y leonina liquidación muy lejana a los 14 años que laboró en ese medio de origen campechano (Tribuna?), donde siempre cumplió adecuadamente sus labores.

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